09 septiembre 2016

¿Esforzarnos para cambiar el mundo?

Cuando intento llevar adelante un estilo de vida distinto del mayoritario, una de las cuestiones que me planteo es si sirve de algo. Por mucho que procure respetar nuestra casa común, mi comportamiento individual apenas tendrá alguna repercusión que el mundo pueda notar: actualmente somos 7.440.000.000 personas y la incidencia del comportamiento de una de ellas parece insignificante. ¿Qué más da? Sin embargo, es debido al comportamiento de todos, aunque no en la misma medida, por lo que el planeta sufre.

Seguramente este cuestionamiento me nazca de unamentalidad productivista que está imbuida en el ambiente, por lo que no soy tan contracultural como me quisiera considerar. Resultados, resultados y resultados, eso es lo que cuenta. Desde esta óptica, la imagen que me evoca dicha situación es el mito de Sísifo, que representa un esfuerzo inútil carente de sentido.

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