
Uno de esos cánticos repetitivos es el que afirma “la educación en una religión que se la pague cada uno”. Así, mas o menos, con alguna variante, pero con el mismo fondo. Claro, la afirmación es mentirosa en su raíz: la educación de los colegios, por ser católicos, no pasa a ser catequesis ni proselitismo religioso. Basta comprobar un dato: el número de intelectuales, artistas y políticos, que de toda clase y condición han sido alumnos de la escuela católica. Si dicha afirmación fuera cierta, ¿cómo se explica con la realidad?
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