26 mayo 2016

Crisis política, oportunidad social - por Juan Ignacio Palacio

La crisis económica nos ha llevado a una crisis política. En España llevamos seis meses sin que se haya podido formar Gobierno y en muchos países europeos se aprecia una gran incertidumbre política. Es una buena oportunidad para fortalecer el tejido social. Y si no lo hacemos es cuando esto puede derivar en una crisis social.
La crisis económica tiene su raíz última en unas políticas que presuponen una concepción individualista de la sociedad. Si el objetivo de la vida de cada uno es buscar su máximo beneficio, su propio interés, medido fundamentalmente en términos de riqueza materialel Estado debe ante todo facilitar que se pueda cumplir ese objetivo. Más aún, si interviene en cualquier otro sentido perjudicará la consecución de una mayor riqueza. Frenará o impedirá la competencia en los mercados, que según la concepción dominante se produce a través de los ajustes de precios. Esto se supone que es además una amenaza a la libertad de los individuos. Estos verán reducida su capacidad de elección al disminuir sus opciones, en vez de ampliarlas hasta el infinito, como se presume que se conseguiría con la competencia en los mercados y el consiguiente progreso técnico.

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