Excelente idea la yuxtaposición de las dos frases. “Sólo Dios basta”. “En Jesús todo lo tenemos”.
Un
calco? Matizaría; pero sólo en un intento de querer profundizar; y
limitándome a la frase tal cual, prescindiendo de sus contextos.
Teresa
de Jesús, avalada ya su profunda experiencia personal, se expresa, creo
yo, en la declaración objetiva. No olvidar que aunque espontánea y
castiza, Teresa es Maestra de vida de oración. Y suele escribir, aunque
sea por obediencia, con proyección de futuro. Aquí expresaría al “Deus
semper maior” de San Agustín.
Cándida María de Jesús, desde el
caminar diario, habla desde un “yo” implicado en un “nosotras”. Le
brota espontáneo y gozoso su sentir íntimo, germinado ya desde la niñez:
Señor mío Jesucristo. Creador, Padre, Redentor mío… En JESÚS totaliza su Dios. Intuyo también un animar comunitario desde este compartir sus sentimientos.
Teresa
y Cándida tienen que verbalizar, pagar el peaje de las palabras. Es el
mismo ESPÍRITU el que se derrama en sus corazones. Y nosotras, en el
arrabal del castillo, analizamos, comparamos.
Que el amor que Dios
nos tiene, manifestado en Cristo Jesús, anime nuestra vida comprometida
por el Reino; aunque lo expresemos de maneras diferentes.
Por Teresa Zugazabeitia FI
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