05 septiembre 2016

PERLA ESCONDIDA EN LA CARTA Nº 324

Carta nº 324     Octubre 1906
“Mi gozo es que vengan muchas niñas a nuestros colegios para que reciban una cristiana educación”

            Querida M. Cándida, no sabes cómo comparto esta especial perla que durante tantos años ha sido frase recordada y repetida.  Mi gozo también es que vengan muchos niños al colegio, pero a veces faltan y es cuando te pregunto ¿qué podemos hacer?

            Compartimos la alegría de ver cómo se educan esos niños, como agradecen los cuidados y cómo se van haciendo hombres y mujeres para el futuro, pero no para un futuro cualquiera, sino para un futuro de esperanza.

            Y sin darnos cuenta ha pasado el verano, pero recuperamos las ganas de seguir haciendo el “para que” de la M. Cándida. Un curso más nos sentimos llamados a educar, nos sentimos convocados a dar a nuestros alumnos lo mejor de nosotros mismos. Un nuevo amanecer con nuevas olas, con nuevos aires. Este año especialmente volvemos más maduros después de un verano con incidentes de dos alumnos. Y muy especial con la lucha de Ana y sus padres por recuperar lo que una enfermedad ha querido llevarse.

            Hoy, primer lunes de septiembre, vuelvo con ganas e ilusión después de más de treinta años volviendo ese primer día de septiembre. Me encanta ese día de reencuentros, de los mismos comentarios sobre las vacaciones, de lo cambiados que nos vemos y de esas sonrisas que nos hacen recordar que estamos de nuevo en familia. Y seguimos confiando que vengan muchos niños a nuestros colegios, y seguimos adaptando nuestras metodologías a las necesidades del hoy, pero, sobre todo, seguimos creyendo que merece la pena seguir haciendo este trabajo.

            Querida M. Cándida sigo confiando. Y el Espíritu sabe cómo se van a configurar las próximas líneas de esta historia. En sus manos y bajo la protección de María ponemos este curso, estos días de intenso trabajo cuyo principal objetivo sigue siendo ser cómo somos, porque somos aquello que queremos ser, porque somos de una forma que debemos cuidar y enseñar y porque juntos, somos más. Y así respondo a la pregunta que hacía al principio de hoy.

            “Que detalle Señor has tenido conmigo,
                cuando me llamaste, cuando me elegiste
                cuando me dijiste que tú eras mi amigo
        Te acercaste a mi puerta y pronunciaste mi nombre,
               yo temblando te dije: aquí estoy, Señor…



No hay comentarios: