10 julio 2016

“Sin escucha no hay aprendizaje”. Pautas para conectar con los estudiantes, por Andrea Giráldez

Todavía recuerdo aquel día en el que, al volver del colegio, pregunté a una de mis hijas, que por entonces tenía 8 años: ¿qué has aprendido hoy? Cuando respondió “nada”pensé que era la típica respuesta evasiva de quien no quiere hablar en ese momento, pero para mi sorpresa continuó: “estuve desconectada”. ¿Desconectada? Y ahí vino la explicación:“Sí, te sientas recta, mirando a la profesora, sonríes, de vez en cuando asientes con la cabeza… y sigues pensando en tus cosas”. Claro que sabía que estas cosas pasaban (y muy frecuentemente) en clase, pero ese día el impacto fue tan grande que desde entonces no he dejado de investigar y trabajar en este tema.

Es fácil que pasen desapercibidos, porque no interrumpen, no molestan, generalmente aprueban e incluso sacan buenas notas; sin embargo, ¿tiene sentido condenarles a pasar tantas horas muertas e improductivas en el aula? ¿Nuestro fin último no es que todos los estudiantes aprendan? Si es así, deberíamos considerarlo, porque como decía Nadine Dolbyen un artículo publicado en 2012: “Cuando nadie escucha, nadie aprende”. Puede que parezca una obviedad, pero ¿cuántos de nosotros hacemos algo, deliberadamente, para asegurarnos de que los estudiantes están escuchando y no simplemente oyendo lo que decimos como un murmullo de fondo?  ¿Deberíamos hacer algo? Y si es así, ¿qué podríamos hacer?

No hay comentarios: