El Año de la Misericordia cuenta con un nuevo icono. Por impulso personal del papa Francisco, la memoria litúrgica de santa María Magdalena, que se celebra el 22 de julio, se eleva al grado de festividad.
Un notable ascenso, pues, como indica el nuevo prefacio publicado el 10
de junio por la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de
los Sacramentos, la de Magdala está ya litúrgicamente al mismo nivel que
los doce apóstoles. Difundido el texto del dicasterio vaticano a toda
página al día siguiente por L’Osservatore Romano, también es analizado, entre otros, por el arzobispo Arthur Roche, secretario de Culto Divino, quien subraya que, con
esta decisión sobre la “apóstol de los apóstoles” (como la bautizara
santo Tomás de Aquino), “el Pontífice quiere impulsar a la Iglesia a
reflexionar de modo más profundo sobre la dignidad de la mujer,
la nueva evangelización y la grandeza del misterio de la misericordia
divina”. En concreto, la santa es ensalzada como “la primera testigo y
evangelista de la resurrección del Señor”.
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