Sí, sí, has leído bien… no es que haya un carné de conducir para ir
por las redes sociales pero sí que es cierto que, aunque todos -o la
mayoría- estamos familiarizados o, al menos, hemos oído hablar de
términos como Facebook, Twitter, Instagram o “me gusta”; nos hemos
lanzado a “conducir” por las redes sociales sin ser muchas veces
conscientes de las ventajas, riesgos, obligaciones y responsabilidades
de nuestra presencia en estas y, por tanto, sin ese “carné de
conducir”.
Y es por eso que he querido comenzar utilizando el símil
automovilístico por cuanto, al igual que con las redes sociales, todos
estamos familiarizados con términos como conducir, STOP, ceda el paso o
acelerar; pero, para coger un coche y conducirlo por la carretera nos
exigen pasar un examen teórico y uno práctico para el que debemos
estudiar y hacer una serie de clases prácticas con un profesor que nos
enseña y nos explica lo que podemos y no podemos hacer y, en muchos
casos, cómo podemos hacerlo mejor. Y, no sólo nos lo exigen, sino que
todos, en mayor o menor medida, estamos de acuerdo con esa exigencia
puesto que somos conscientes de los riesgos que puede suponer coger un
coche sin saber conducir.
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