11 abril 2016

PERLA ESCONDIDA EN LA CARTA Nº 312

Carta nº 312    Marzo 1906
“Pidan a Dios mucho para que me ilumine y me dé acierto para que se cumpla en todo su santísima voluntad”

            Qué importante es acertar en las decisiones que cualquier persona tiene que tomar en su vida. Y qué presión y responsabilidad supone, a veces, tomar esa decisión. Hace falta tener unos referentes para que al hacerlo puedas tener la garantía que está bien. En medio de todo este proceso contamos con la ayuda de los que comparten tu misma fe, de los que te quieren como hermanos, y a ellos acudimos para que nos ayuden con su oración. Porque al final del camino de la toma de decisiones sólo está Dios y su evangelio, y este evangelio es la medida exacta para la toma de decisiones. Y quiero hacer la salvedad de que este documento llamada evangelio no caduca, no necesita actualizaciones, está al día y sirve para siempre.

            Pidamos cuando lo necesitemos, quitemos la soberbia de nuestro corazón y nuestra boca. Pero pidamos deseando que se cumpla lo que Dios quiera, aunque no lo lleguemos a comprender.

            Pido por el proceso de admisiones del Colegio y de todos los colegios cuya misión es transmitir la alegría del evangelio a través de la educación y la entrega personal de los talentos que tenemos y el desarrollo de los talentos de nuestros alumnos.

            Pido por todo los enfermos de alma y cuerpo. Que la felicidad del evangelio les alcance y sea el descubrimiento que les haga superar el dolor y la tristeza. Es de los mejores medicamentos, sin contraindicaciones y con efectos inmediatos.

            Pido por las personas que asumen servicios dentro de los colegios, instituciones, asociaciones, etc. Descubrir la naturalidad de los relevos es un don de Dios. Descubrir el origen del servicio en las palabras de Lucas:

“Así también vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os ha sido ordenado, decid: Siervos inútiles somos, pues lo que debíamos hacer, hicimos.
           
            Sigamos trabajando desde la barca en la dirección que Jesús nos indica. Él sabe, él tiene razones para ayudarnos. Buena Pascua.



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