“… si nos muestra su cruz, la cubre de flores, de santa paz, de amor,
de fuerza y esperanza en esta vida”
En
este camino de Adviento también aparecen cruces. Y esas cruces se visten de
tantas formas y tamaños que habría para escribir un libro. Pero eso no es lo
importante, ya que eso es una realidad con la que tenemos que vivir. Lo
importante es reconocerlas y saber que junto a ellas tenemos otras cosas, que
Dios nunca nos deja solos ante ellas, al contrario las cubre de lo que podemos
necesitar para llevarlas y vivir a la vez. Así o expresaba la M. Cándida en ese
verano de 1905.
Ayer
nos recordaba Juan, en los primeros capítulos de su evangelio, esa mezcla entre
alegría y desprendimiento que, aunque parecen dos palabras distintas, en el
fondo de ellas significan lo mismo. Démosle una vuelta y descubriremos que
puede ser así. Algo parecido como le ocurre a esa niñas (Juanitatxo) que está
haciendo su viaje en tren en este Adviento, como nos va contando Ana San
Nicolás en vivirfi. Conforme tengo menos, conforme reparto, me encuentro mejor,
descubro una nueva alegría que antes no había experimentado. Y eso es algo
parecido a lo que Dios quiere.
Hemos
abierto el año de la Misericordia y hemos recuperado del fondo del baúl esas obras
de misericordia que tan de sentido común, cristiano o no cristiano, son. Ahora
toca la parte más difícil: ponerlas en marcha y no sólo para un año. Los
docentes y muchas más profesiones estamos acostumbrados a planificar. ¿Estamos
dispuestos a planificar el 2016 junto a las 14 obras de misericordia? ¿Estamos
dispuestos a ponerlas encima de nuestra mesa o encima de la mesa de los grupos
a los que pertenecemos para ver qué podemos hacer? Creo que éste sería el éxito
de esta iniciativa de este Papa que se ha empeñado en revolucionar lo que le
toca. Y ese es el ejemplo que transmite: cambiemos aquello que nos corresponde
y no nos perdamos con palabras para llegar donde no podemos.
Acabamos
de iniciar la 3º semana de Adviento y parece que la Navidad sea ya vieja. Algo
está pasando. Demasiada prisa, demasiados intereses. Quizá debamos hacer algo
diferente, porque dejarnos llevar simplemente no parece lo mejor.
Busquemos una
Navidad de flores, paz, amor, fuerza y esperanza y algo nuevo podrá empezar.
Que la alegría
sea nuestra bandera:
-
Me gusta que estéis alegres
-
Estad siempre alegres
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