Juanitatxo camino a Belén
Muy cerca de allí había un barrio que
parecía muy pobre, vio a un grupo de niños sentados y la pequeña niña se acercó
para regalar todos los juguetes y chucherías que había comprado en la anterior
parada. ¡No os podéis imaginar lo contentos que se pusieron aquellos niños! Y al
ver esas caritas tan felices y repletas de ilusión, el corazón de Juanita
parecía más grande, además su mochila pesaba menos y ella estaba más feliz,
pues se había desprendido de todo lo que no necesitaba.
Montó, ahora sí, muy feliz, de nuevo en el tren y
siguió su camino
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