14 diciembre 2015

Cuento de Adviento. Ana San Nicolás


Juanitatxo camino a Belén

           
En la siguiente parada Juanitatxo bajó muy rápidamente, no podía aguantar ya más tiempo con esa mochila tan pesada. Había estado pensando todos estos días lo que hacer con todas esos caprichos que se había comprado y que no eran tan necesarios como pensaba, así que decidió que debía desprenderse de ellos.
Muy cerca de allí había un barrio que parecía muy pobre, vio a un grupo de niños sentados y la pequeña niña se acercó para regalar todos los juguetes y chucherías que había comprado en la anterior parada. ¡No os podéis imaginar lo contentos que se pusieron aquellos niños!   Y al ver esas caritas tan felices y repletas de ilusión, el corazón de Juanita parecía más grande, además su mochila pesaba menos y ella estaba más feliz, pues se había desprendido de todo lo que no necesitaba.
Montó, ahora sí, muy feliz, de nuevo en el tren y siguió su camino

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