Carta nº 294 Abril 1905
“Ahora quiera el Señor que se ponga bien del todo, como se lo pido
siempre en mis oraciones”
Muchas
oraciones llevamos este fin de semana a cuenta de la M. Cándida. Y muchas más
que mañana diremos en las eucaristías del día de la Inmaculada. ¡Qué bueno
saber que juntos rezamos, que juntos pedimos y que juntos agradecemos!.
Desde
el Mil Albricias del viernes donde cada globo se convirtió en oración a María,
donde cada uno de nosotros escribe en el globo o escribe en el corazón esas
peticiones, esas conversaciones con María y la suelta al cielo para que ella
las recoja y las lea, las guarde y las traslade si es necesario. Así es ese
rato de fiesta donde nos juntamos alrededor del Ángelus para recordar a María y
a la M. Cándida.

Cada
vez más da mucha alegría ver a los antiguos alumnos que se acercan a celebrar
este día en el colegio. Quizá es el único día que algunos vuelven por el colegio,
pero ese día es especial. Y ahí los ves con su globo, con esa cara de ilusión
como si fuera la primera vez. Y no digo nada de los antiguos y antiguas alumnas
que tienen a sus hijos en el colegio. Eso es otro capítulo aparte.

¡Viva
la Inmaculada! Y ¡Viva la M. Cándida!
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