13 octubre 2015

PERLA ESCONDIDA EN LA CARTA Nº 286

Carta nº 286     Julio 1904
“Dios quiera que vengan muchas, lo mismo internas y para las clases todas”

            Esta es la perla que debería haber salido ayer, pero quiero compartir que llevamos un mes de mucho jaleo y de muchas alegrías. Empezamos durante el verano a preparar la boda de mi sobrina María con Álvaro. Se casaron un 12 de septiembre de 2015. Y al acabar y todavía con el buen gusto de cómo había salido todo, empezamos a preparar la de mi sobrino César con Vanesa. Esta segunda fue el 10 de octubre de 2015 y en Priego de Córdoba. Vamos, en 28 días las dos bodas.

            María y César son dos sobrinos que desde pequeños han venido al Colegio de Murcia conmigo en el coche junto con mis hijos. Digo este detalle para que podáis entender la importancia de estas bodas.

            Han sido días intensos, muy intensos, de muchas lágrimas de felicidad, de esas que deben salir ni no queremos que explote el corazón.

            Y hoy, todavía con los recuerdos a flor de piel, sólo tengo palabras de agradecimiento a la M. Cándida, pues ella y su carisma han sido parte importante de su formación. Y hoy nos recuerda que vengan muchos niños a nuestros colegios, de todas clases  sociales, de todas las necesidades. Y esto me hace recordar los casos donde hay que poner esto por delante de otras apreciaciones. Escuchábamos hace dos días lo de cien veces más. Hay veces que dudo, pero tengo que estar seguro que esto es así, sólo falta hacerlo por el Evangelio, hacerlo por Jesús de Nazaret.

            No dudemos dónde radica el éxito de los números en los colegios. Y hay veces que pensamos que está en otro sitio, en herramientas. Y nos podemos equivocar.

            Todos podemos ser buenos y grandes maestros, pero este detalle es tan importante que puede marcar la diferencia. Yo pienso que la M. Cándida lo tenía muy claro. Sabía dónde y cómo funcionaban las cosas y porqué en unos colegios funcionaban de una forma y en otros apenas funcionaban.

            Dios quiere que vengan muchos niños a nuestros colegios y también quiere que les tratemos desde la mirada del Evangelio.

            No quiero olvidarme de todas las Pilares que ayer celebraron su santo. A todas ellas mi abrazo.


           

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