08 agosto 2015

9 de agosto, por Teresa Zugazabeitia FI

Sta. Teresa Benedicta de la Cruz, virgen y mártir (patrona de Europa). Sta Cándida María de Jesús, fundadora (jesuitinas). Así reza la liturgia del día, en el “Evangelio Diario” 2015, editado por los jesuitas en Mensajero.
Caminos distintos y diferentes que convergen sin embargo en Sta Teresa de Jesús.
Edith Stein judía; rebelde en su adolescencia, abandona la fe de sus padres hasta el agnosticismo. Filósofa después, transita por los pasillos de la Universidad de Gottinga.
Interesada en el campo de la fenomenología, colabora con Husserl. Convive con grandes pensadores de su época, defiende su tesis doctoral en Friburgo. Su pensamiento queda editado en sus densas obras.
Ejerce la docencia, hasta que en los recodos de su caminar: el sufrimiento y la fe cristiana de sus colegas, Dios en Jesús, plenitud de revelación, se hace presente en su vida. La lectura del libro de la Vida de Teresa de Jesús es decisiva en su adhesión a la fe cristiana. Profesa en el Carmelo de Colonia con el nombre de Teresa Benedicta de la Cruz. Sigue con su aportación filosófica y teológica; de especial mención: La ciencia de la Cruz, estudio sobre San Juan de la Cruz.
La sinrazón nazi la persigue aún en el recóndito claustral, hasta confinarla en Auschwitz, donde muere en la cámara de gas el 9 de agosto de 1942.
Juana Josefa había recorrido un camino bien diferente, sin relieve alguno. En el halda de su amona y entre el ruido de los telares del aitá, ha sentido profundo la oración densa del catecismo: Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero. Creador, Padre y Redentor mío... Ese Padre, Jesús, la ha marcado para siempre.
En Jesús totaliza toda su experiencia de Dios. Y vive feliz. Como María en el Magnificat. Este sentir va a acompañarla toda su vida. Hasta devenir carisma de vida consagrada en la Iglesia: la Congregación HIJAS DE JESÚS.
Por Teresa Zugazabeitia FI

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