A unos días de su ordenación sacerdotal, David Abad SJ, comparte con nosotros este testmonio de por qué es jesuita:
Sin duda, ser jesuita no es una opción de vida como otra cualquiera. No lo es esencialmente,
en cuanto que supone una vocación, una llamada concreta de Dios, un
deseo profundo que se aloja en la más íntima biografía y que uno mismo
asume libremente. Dicho de otra manera, de entre las diferentes y
valiosas opciones de vida, ser compañero de Jesús supone para mí el camino más pleno y feliz, existencial y relacionalmente hablando.
Por eso, estoy convencido de que la pregunta “¿por qué soy jesuita?” ha de formularse desde otras dos: ¿por quién y para quién
soy jesuita? Porque no soy yo el centro de mi vida, “mi” vocación –que
indudablemente cuenta con todo lo que soy- ni nace ni se detiene en mi
yo, sino que tiende siempre al mayor bien de esta humanidad,
especialmente la herida, desde la profunda mirada misericordiosa de
Jesucristo. Sólo así puedo entender que mi proyecto es Su proyecto. Es
el Señor Jesús el espejo vivo que diariamente me inspira, entiende,
sostiene, cuestiona, fortalece y envía. Además, me reconozco parte de un
cuerpo universal –la Compañía de Jesús- que desea seguir siendo puente
imperfecto en la construcción de este reino de Dios, en todo amando y sirviendo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario