Al
finalizar el curso, como todos los grupos de Colegios, Catequesis, Parroquias,
etc. las Hijas de Jesús de Málaga tuvimos la posibilidad de tener un rato de
convivencia.
El
jueves, día 2 de julio, a las 7 de la tarde estábamos convocadas en la casa de
Villa Providencia. Algunas hermanas no pudieron asistir porque tenían otras
actividades.
Al
comienzo a modo de acción de gracias, tuvimos unos momentos de oración.
Recordamos que el tiempo que nos regala el Señor ahora, en el verano, es un tiempo de descanso.
Las
prisas, los agobios, los trabajos, las tareas en ocasiones, se apoderan de
nosotras. Estamos metidas en una dinámica que muchas veces nos impide disfrutar
de las cosas, profundizar en los acontecimientos, vivir con hondura…
El
descanso nos acerca a Dios, nos mantiene activas, vivas, despiertas… Queremos
descansar y poner el Señor nuestras
preocupaciones y las de nuestro mundo.
También
es un tiempo de soñar…Nuestro Dios nos invita a mirar al
futuro con esperanza, a buscar nuevos caminos, a soñar un
tiempo nuevo, este tiempo de gracia que nos regala la Congregación.. Nos invita
a hacer realidad el mensaje del Evangelio, a anunciar, a ser testigos
con nuestra realidad, nuestra vida.
A modo de peticiones fuimos
presentándole al Señor nuestros deseos e inquietudes.
Nuestra vida
está en tus manos, Señor. Danos capacidad de SERVIR a quien necesite nuestra ayuda;
INQUIETUD por los otros; INTERÉS por las vidas de quienes nos rodean; CARIÑO
para saber compartir los buenos momentos; COMPRENSIÓN para abrazar la debilidad;
PERDÓN para siempre construir; SERIEDAD para exigir, pero TERNURA para aceptar.
Danos, Señor, un amor como
el tuyo. Capaz de reír y de llorar. Capaz de mirar y percibir lo mejor en el
corazón de las personas. Capaz de encarnarse, comprometerse, arriesgar… Capaz
de decir la verdad que necesita ser escuchada. De entregarse en todo. Un amor
que llega a dar la vida por los suyos, día a día o de una vez.
Danos, Señor, la alegría que brota de
ti. La ilusión de anunciarte. La fuerza
para seguirte siempre con un corazón grande y generoso. Danos, Señor, la
capacidad de contagiar, de incendiar entusiasmo en los demás, de una entrega
incondicional. Que seamos lámparas encendidas, capaces de transmitir luz y
pasión, capaces de mantener el fuego del amor y capaces de contagiar y encender
a otros.
Danos, Señor, lucidez,
la que procede de la profundidad que viene del discernimiento
evangélico
y de la autenticidad que trae la verdad. Danos, Señor, la fidelidad que nos
remite del río a la fuente de donde brota el agua pura, el único que puede
saciar nuestra sed de infinito.
Unos
momentos de silencio… Y terminamos con esta oración:
Que al celebrar esta tarde esta convivencia nos
sintamos más unidas unas a otras y sepamos caminar juntas, vivir con ilusión y
esperanza, aceptar con paciencia nuestra propias debilidades y, ayudarnos a
sentirnos de una misma familia, haciendo lo que a cada una nos corresponda para
que el Cuerpo Congregación tenga vida y vida abundante.
La
Virgen de nuestras fiestas nos acompañó. Ha sido una tarde diferente y bonita.
Por Matilde Blanco FI
No hay comentarios:
Publicar un comentario