Todos los motivos de agradecimiento y felicitación a Cándida María de Jesús que venimos comentando, bien pudiéramos resumirlo en esta búsqueda incansable de la voluntad de Dios, de los deseos de no hacer nada fuera de esto.
Desde su “Dios lo quiere”, firme y decidido que marcó su vida, hasta tantos y tantos momentos, acciones, gestos, fundaciones… todo estuvo matizado por buscar y encontrar la voluntad de Dios. Nos recuerda invariablemente la pasión de Ignacio de Loyola, por este mismo deseo ardiente de discernir qué quiere Dios y hacerlo. Y Cándida María sabemos cómo expresaba esta convicción del corazón que era llevado siempre a buscar lo que de verdad agradaba al Señor y eso transformarlo en acción hasta el extremo y si no era voluntad suya también se negaría a hacerlo.
En esta víspera del cumpleaños de Juanitatxo recordamos su trayectoria desde el inicio: “yo quiero hacer lo que dice ese libro”, hasta “muero tranquilísimamente tranquila”, toda ella salpicada de ese cumplimiento firme y decidido de lo que va descubriendo al caminar que es lo que Dios quiere para ella.
No se detiene ante las dificultades, sufrimientos, problemas, de dentro y de fuera… siempre camina erguida con su corazón puesto en el Señor; ese es su eje vital capaz de superar todos los obstáculos que puedan aparecer.
Qué buen ejemplo y estímulo para todos y todas quienes queremos seguir sus huellas. Ayúdanos, Cándida María, a buscar y encontrar a Dios en todo, a realizar nuestros sueños y deseos a esa luz, no mirándonos a nosotros mismos sino a la misión, a los demás, especialmente a las personas más necesitadas de nuestros ambientes.
¿Cómo es nuestra búsqueda del sueño de Dios?
¿Nos conformamos con “hacer” sin discernir juntos qué es lo mejor según los planes de Él para nosotros?
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