26 mayo 2015

Padre Chiqui, jesuita en Perú: "Francisco es un hombre libre que quiere que la gente no tenga miedo de serlo"

El padre José Ignacio Mantecón es jesuita, de origen español, en concreto zaragozano, y aquí todo el mundo le llama el padre Chiqui, por chiquito, porque siempre ha sido el más bajito: en la familia, en el colegio, en el equipo de fútbol y en el noviciado. Sin embargo, es enorme la pasión con la que lleva treinta años en Perú, trabajando con travestis, en el mundo de las pandillas, educando a través del deporte, la música, la pintura...
Llegando, por medio de la educación, el empleo y el tiempo libre, a los "tatuajes del corazón" de los "últimos", a los que ha conseguido reinsertar en la sociedad. Esos que preocupan también a Francisco, un papa que, según Chiqui Mantecón, habla de la libertad con libertad. Vamos a conversar con él de cómo los valores del Evangelio se expresan muchas veces sin palabras.
Chiquito pero matón, en cuanto a tu obra, a lo que has conseguido.
Hacer más o menos no es lo que importa, sino ser fiel a lo que estás haciendo. Todo el mundo habla del éxito cuando hace una cosa, y a mí tener éxito no me preocupa nada. La excelencia, y esas cosas, creo que son menos importantes que la fe en lo que haces en sí mismo, al margen de los resultados que dé.
Llevas treinta y pico años, toda una vida, dedicado a lo que en España conocemos como las bandas. Maras en Latinoamérica.
La verdad es que he hecho un poco de todo. Empecé trabajando, cuando llegué a Perú, en la Fundación Fe y Alegría, en colegios populares. Tras tres años, pasé al Agustino, que es un distrito con muchos habitantes y muchos problemas de pobreza, violencia... Es el barrio con el índice más alto de tuberculosis.
Por José Manuel Vidal

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