“Es necesario que [los teólogos] lleven en el corazón la finalidad evangelizadora de la Iglesia y también de la teología, y no se contenten con una teología de escritorio” [EG 133].
Estas provocadoras palabras del Papa Francisco en su programático escrito Evangelii Gaudium
junto a afirmaciones del estilo expresadas por el Pontífice, han
logrado sacar los colores a algunos teólogos que, desconcertados, andan
buscando cómo defender la concepción tradicional de la disciplina.
Pues bien, en este contexto, resultaría interesante remover un poco los cimientos de la labor teológica tradicional y pensar cómo el escenario digital de hoy la está llamando a una conversión pastoral.
Cuenta Ph. Clayton, alumno del renombrado teólogo
W. Pannenberg, que en una ocasión le preguntó la razón de empeñarse en
hacer abstracta teología académica. El profesor se apresuró a contestar
acudiendo a la imagen del efecto dominó: “Nuestras publicaciones
influencian a los estudiantes de doctorado y a otros teólogos
académicos; sus enseñanzas moldean la siguiente generación de pastores; y
guían las homilías y los ministerios de aquellos que lideran las
iglesias” [1].
Por Alejandro Labajos sj
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