18 febrero 2015

Oración, ayuno y limosna en las redes

Iniciamos los 40 días de preparación para la Pascua. Un tiempo en el que la oración, el ayuno y la limosna nos sirven de asideros para completar con éxito esta travesía en la que se nos pide la nada fácil tarea de cambiar nuestro corazón, de volver nuestro rostro a Dios.
En el Evangelio para este día, (Mt 6, 1-6. 16-18) el propio Jesús hace referencia a la forma de llevar a cabo estas tres prácticas penitenciales que heredamos del pueblo judío. “Cuando hagas limosna que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu mano derecha”, “cuando oréis, no seáis como los hipócritas, que gustan de orar en las sinagogas y en las esquinas de las plazas bien plantados para ser vistos de los hombres”; “que tu ayuno lo note, no la gente, sino tu Padre que está en lo escondido”.
Son palabras dirigidas a un pueblo que había pegado su corazón a la ley, encontrando en los preceptos una falsa seguridad, una falsa religión de cara a los hombres pero de espaldas a Dios. Ciertamente, estos consejos de Jesús siguen hoy vigentes en ámbitos en los que “cumplir” los preceptos conlleven el elogio: tu comunidad, tu parroquia, quizá tu familia si es cristiana. Haces bien en ser discreto. El Señor ve lo que hay en tu corazón.
Por Antonio Moreno

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