Proceden del mismo país aunque sus destinos se unen en la Petit Bamako del monte Gurugú,
muy lejos de sus hogares en Mali. Las mafias los llevan hasta este
bosque y allí esperan el momento para burlar la vigilancia de la policía
marroquí y saltar al paraíso. Duermen bajos los pinos en tiendas de
plástico y comen de la caridad. El objetivo común -entrar en Europa- y
el sufrimiento compartido hermana a estos exiliados sin papeles, pero
con muchos sueños, que dejaron atrás sus raíces para tener una vida
mejor.
Abou Desseigne y Koffi Bram se conocieron en el monte Gurugú. EL MUNDO relató en febrero de 2014
las condiciones en las que viven estos inmigrantes que llevan meses de
exilio e intentan entrar en Europa. Ese mes se produjo el mayor asalto a la valla de Melilla desde 2005.
Más de 200 sin papeles lograron atravesar la frontera, entre ellos
estos amigos. Este periódico les ha seguido el rastro para saber qué ha
sido de sus vidas tras la verja.
Por Raquel Villaécija
Foto de Alberto di Lolli
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