Somos Mirella y Enrique, un
matrimonio cercano a los 50 años, con dos hijos, Alberto y María, de 14 y 10
años, respectivamente. Enrique es de Pamplona, y Mirella de Borgomanero, una
pequeña ciudad del norte de Italia. Nos conocimos en Nueva York, hace casi 20
años; Alberto nació en Pamplona, y María en Salamanca. Hace más o menos un año
nos trasladamos a Sevilla. Alberto y María son estudiantes y están descubriendo
esta gran ciudad. Los padres somos médicos; trabajamos en la sanidad pública,
en el Hospital Virgen del Rocío (www.huvr.es). Mirella es pediatra, y se
especializó en las enfermedades pulmonares de los niños (neumología
pediátrica), mientras que Enrique dirige la Unidad de Anatomía Patológica
(diagnóstico de las enfermedades a través del estudio de los tejidos enfermos)
y coordina una línea de investigación en tumores infantiles.
Tenemos nuestra raíz en los
Ejercicios Espirituales de San Ignacio. Nos sentimos muy limitados, pero al
mismo tiempo reconciliados y perdonados por el Señor. Por eso intentamos buscar
y hallar en cada momento a qué nos llama el Señor como personas y como familia;
es decir, cuál es nuestra Misión. En esta búsqueda, además de nuestros ratos de
oración y de nuestro acompañante personal, encontramos muy importante el poder
vivir nuestra fe en comunidad. Obviamente nos referimos a la Iglesia y a
nuestra parroquia, pero especialmente a la CVX (Comunidad de Vida Cristiana; www.cvx-e.org).
Para que los lectores entiendan qué es la CVX, copiamos a continuación un
párrafo de nuestro ideario: “Nuestro propósito es llegar a ser cristianos
comprometidos, dando testimonio en la Iglesia y en la sociedad de los valores
humanos y evangélicos esenciales para la dignidad de la persona, el bienestar
de la familia y la integridad de la creación”.
Por Mirella y Enrique
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