22 enero 2014

CIRCULO DE SILENCIO EN BURGOS

Por Auxilio Vicente Tapia


A lo largo de la semana pasada, Burgos salió en los medios de comunicación de toda España por las manifestaciones contra la construcción del bulevar de la c/ Vitoria, en Gamonal, nuestro barrio. Lo que no tuvo tanta publicidad  fue el gesto pacífico del “Círculo de silencio”, en vísperas de la 100 Jornada Mundial del Emigrante y el Refugiado, convocada por la Iglesia católica  con el lema “Hacia un mundo mejor”.
Algunas HH. de nuestras dos comunidades de  Burgos participamos del Círculo de este mes que presentaba como situación concreta para reflexionar y denunciar: Un mundo mejor…sin vallas cortantes en la verja de Melilla, que provocan profundos cortes en quienes intentan saltarla.
Los Círculos de silencio  nacieron en Toulouse (Francia) en 2007 por iniciativa de unos franciscanos. Ahora se han extendido por toda Francia (170 ciudades) y por otros países: Polonia, Senegal, Bélgica, Italia (Trento),Inglaterra,  Suiza y España; en nuestro país  existen en 12 ciudades, entre ellas: Burgos, Granada, Madrid, Murcia, Salamanca, Sevilla, Valladolid y Roquetas de Mar.
Son un movimiento pacífico que pretenden ayudar a tomar conciencia sobre la situación de extrema gravedad que muchos inmigrantes sufren en el mundo, en Europa y también en España. Quieren apelar a la conciencia de quienes hacen las leyes, de quienes las aplican y de los ciudadanos en cuyo nombre son hechas. “Trato digno para todos”es el lema de nuestros Círculos de Burgos, con el subtítulo “Fui forastero y me acogisteis”(Mt. 25,35).
Delante del Museo de la evolución, en una  noche fría por el clima, pero con el corazón caliente  ante la situación de nuestros hermanos inmigrantes, giramos durante media hora el grupo que nos reunimos: inmigrantes y españoles, ancianos, jóvenes y hasta mamás con sus bebés   en el cochecito, rumiando las palabras del papa Francisco: “El mundo solo puede mejorar si somos capaces de pasar de una cultura del rechazo a  una cultura del encuentro y la acogida. Con los obispos españoles pedimos que la Unión Europea “adelantada de los derechos humanos” no ponga el acento solo en el control de las fronteras, con el riesgo de caer en la globalización de la indiferencia. ¡No nos acostumbremos a lo que es injusto!


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