11 septiembre 2012

Tabaquismo y asma: los adolescentes, los más vulnerables


Tabaquismo y asma: los adolescentes, los más vulnerables
La imagen es de AEPap
Cuando me planteé escribir este artículo, lo primero que hice fue decidir que me confesaría ante los lectores: soy ex-fumadora, fumé durante el embarazo y seguí fumando después de nacer mi hijo. A los dos meses, ya empezó a pitar, tenía una bronquitis detrás de otra. Se agravaron a los 4 meses cuando lo tuve que llevar a la guardería. Dejó de tener bronquitis a los dos años y estuvo, desde entonces, sano y fuerte. No desarrolló asma posteriormente, porque es probable que no tuviera la predisposición, pero con el tiempo tendrá más tendencia a hacerse fumador, le costará más la deshabituación y tendrá más tendencia a padecer enfermedad pulmonar obstructiva crónica. Sin embargo, dejé de fumar porque perdía visión y no me podía sacar el carnet de conducir. ¿Les suena de algo la historia? Deseo que los lectores fumadores (hombres y mujeres) comprendan que se puede hacer, que dejar de fumar es posible aunque cueste muchísimo. Pero si tienen hijos, éstos han de ser el motivo que les estimule para dejarlo.
En este artículo, hablaremos solo de tabaco y asma, pero en muchos otros, encontrarán más motivos para dejar el hábito tabáquico que les perjudica a ustedes y a todos los que le rodean. Creo que las campañas anti-tabaco han de ser agresivas, valientes. La ley antitabaco en España ha sido fundamental en este sentido.

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