30 julio 2016

Melilla, encuentro en la frontera: una experiencia intercongregacional - por Juan Bautista de las Heras Millán

Trece personas decidimos pasar unos días en el contexto de las periferias. Melilla nos acoge con su generosa hospitalidad. La comunidad religiosa, de las Hermanas de Inmaculada Niña, nos recibe con los brazos abiertos en su casa. Estos días, la experiencia de fraternidad quiere ser un signo eclesial en el mundo de la inmigración. Sin duda, todo un privilegio para estar embarcado en esta historia. 

Esta entrando en nuestro vocabulario lo de trabajo en equipo, trabajo en red; aquí hablamos de proyecto intercongregacional. No es nuevo. Y en países llamados del Tercer Mundo, se viene haciendo desde hace muchos años. Parece que los pobres tienen la virtud de unirnos. 

El año pasado iniciábamos esta experiencia dos congregaciones; este año ya somos siete. La pluralidad de Carismas que compartimos es una riqueza. Lo sorprendente es que las personas participantes tenemos una historia que, parecería, nos ha llevado a unirnos a tener esta experiencia. Y como vienen ocurriendo  en el Pueblo de Dios (la Iglesia) la mayoría son mujeres (11) y hombres (2). 

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