13 junio 2016

PERLA ESCONDIDA EN LA CARTA Nº 321

Carta nº 321     Junio 1906
“… cuando ponemos toda nuestra confianza en Dios, Él nos ayuda y bendice todos nuestros trabajos”

            Hoy, como tantos otros, es un buen día para dar gracias por los santos, por aquellas personas que hicieron de su vida un ejemplo a seguir, que hicieron de su vida luz para nuestro camino. Hoy es un buen día para felicitar a todos mis amigos y amigas con los que comparto el santo de Padua, San Antonio. Porque esas personas hicieron que su vida formara parte de nuestra vida. Igualmente es un buen día para dar gracias a nuestros padres que nos bautizaron con ese nombre.

            De los santos destacan muchas virtudes, pero hay una que tiene vital importancia, la confianza en Dios. Su vida estaba alrededor de la confianza en ese Dios Padre que de todos cuida. Sus dificultades las superaban desde esa confianza y sus proyectos salían desde esa misma visión de su vida y de la vida.

            Y hablando de confianza y de santos, hoy, la M. Cándida se hace presente con esta perla genial que merece la pena desgranar:

            “…cuando ponemos toda nuestra confianza en Dios…”.  Esta es una de esas frases que debemos poner a nuestros alumnos y amigos para que la terminen, para que dejen su corazón abierto y la continúen. Pero resalto alguna palabra dentro de esta parte de la perla: “toda”: dejarse en las manos de Dios, pensar y sentir que Él nos cuida porque nos ama y no puede dejar de hacerlo. Vivir así es vivir de otra forma. Cuando toda nuestra confianza está puesta en Dios…

            “Él nos ayuda”. Si a la M. Cándida le hubiese dicho que acabara la frase anterior esto es lo que hubiese contestado: Él nos ayuda. Genial. Porque esto se dice de esta forma cunado lo has experimentado, cuando lo has vivido y has visto cómo ayuda Dios y has descubierto su brisa acompañando tu camino y te has sorprendido con lo que te ocurre alrededor que no esperabas y es cuando vuelves a sonreír y miras al cielo y piensas: Ahí estas, gracias.

            “y bendice todos nuestros trabajos” y les da su fruto. Todas nuestras luchas merecen la pena si son bendecidas por Dios. Todos nuestros afanes tienen sentido si son para bendecir a Dios. Y cuando Dios bendice nuestro trabajo es cuando sus frutos se notan, es cuando las dificultades se vuelven oportunidades. Y cuando Dios bendice nuestro trabajo, sólo nos queda bendecir a Dios y dar gracias a la vez que seguir intentando hacer camino.

            Esta es una de esas perlas que colocaría en los pasillos para que los padres, alumnos y comunidad educativa no la olvidaran.


¡¡¡Felicidades a todos con los que comparto día de celebración de santo!!!!!

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