Médicos Sin Fronteras (MSF) renuncia desde hoy a los fondos de la
Unión Europea y sus Estados miembros, en protesta por la dañina política
migratoria europea, basada en la disuasión y en alejar lo máximo
posible de sus costas a quienes huyen de la guerra y el sufrimiento.
Esta decisión es de efecto inmediato y se aplica a los proyectos de MSF
de todo el mundo.
Pasados tres meses del acuerdo entre la UE y Turquía, que los
Gobiernos europeos consideran un éxito, miles de personas vulnerables
han sido abandonadas a su suerte sin importar el coste humano. Como
consecuencia directa de este acuerdo, más de 8.000 personas, entre ellas
cientos de menores no acompañados, han quedado atrapadas en las islas
griegas, donde han estado viviendo en condiciones extremas, en campos
superpoblados, a veces durante meses. Estas personas temen ser devueltas
por la fuerza a Turquía, y a pesar de esta posibilidad, se les priva de
asistencia legal, su única defensa contra una expulsión colectiva. La
mayoría de estas familias, que Europa ha decidido apartar de su vista
mediante disposiciones legales, han huido de la guerra en Siria, Irak y
Afganistán.
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