16 mayo 2016

Rafael Santandreu: “La infelicidad es la enfermedad de las personas con necesidades absurdas”

Por norma general, un periodista siempre está motivado ante la expectativa de hacer una entrevista. No hay nada, o casi nada, más maravilloso para un profesional del ramo que situarse delante de alguien para que le cuente sus peripecias, miedos, temores, ilusiones. Pero si, además, el personaje que le dedicará parte de su tiempo es un individuo que huye de lo mundano, que intenta nadar a contracorriente, que es un provocador nato -sin miedo a tirarse a la piscina ni de lo que dirán- e incluso que se ríe de los convencionalismos sin ningún tipo de rubor, entonces la motivación es aún mayor. Eso es lo que le pasó a quien les habla con motivo de la entrevista al psicólogo Rafael Santandreu. Leyendo su último libro, Ser feliz en Alaska , uno se puede llevar la sensación de que este prestigioso psicólogo persigue, con sus planteamientos rupturistas, llamar la atención de las personas que sufren algún tipo de contratiempo mental para que reaccionen y puedan deshacerse de una losa que en muchas ocasiones oprime hasta niveles inimaginables. Escuchándolo, esa percepción inicial, equivocada o no, parece acrecentarse. Juzguen ustedes mismos.

P: “La ansiedad, la depresión, se pueden revertir con el método adecuado de forma rápida”, asegura usted en el libro. Entiendo que alguien se podría sentir ofendido con esta afirmación.

R: Sí, más que los pacientes, algunos psicólogos, que creen que el método correcto tiene que ser muy largo. Pero la verdad es que todos hemos conocido a alguna persona que ha tenido un accidente, o una enfermedad muy grave, y tras superarlo te ha dicho: ‘Oye, después de la que he pasado, he cambiado. Me tomo la vida de otra manera, disfruto de las pequeñas cosas’. ¿Cuánto tiempo tardó esa persona en cambiar? El cambio fue fulminante, y es que la mayor parte de las veces o es rápido o no es. Esa es la verdad.

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