Entrevista a Kristoffer Gandrup, director de innovación del Unicef
Forma parte de varios comités asesores en diferentes fondos de capital riesgo de impacto que influyen en la dirección mundial en innovación y desarrollo, y es optimista. Su trabajo siempre ha estado relacionado con la innovación, la creación de estructuras y estrategias que permiten la transformación de ideas en productos. Ahora trabaja para Unicef como responsable global de innovación de producto para el desarrollo mundial. Tiene una gran responsabilidad: en realidad su trabajo, si está bien hecho, salva vidas; por ejemplo, el proyecto que financia la Obra Social La Caixa para desarrollar un sistema innovador que mejore el diagnóstico de la neumonía. Ha participado en el Fòrum Global d’Innovació Social, de Esade.
¿Podemos corregir la desigualdad?
Es difícil. Existen muchas visiones simplistas. Necesitamos implantar tecnología en los países en vías de desarrollo y asegurarnos de que exista emprendimiento e innovación constantes.
La tecnología crea desigualdad.
Instaura dos velocidades: los que innovan y aplican la innovación, y los que se quedan atrás. El coche que se autoconduce es un avance, pero los camioneros son la principal categoría profesional en EE.UU., ¿qué será de ellos?
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