La corrupción política es un problema que preocupa a ciudadanos de distintos países del mundo. En España sigue siendo considerado el segundo mayor problema del país - solo por detrás del paro - y en Brasil ha sido uno de los asuntos que ha generado recientemente protestas multitudinarias en la calle.
Cuando surgen casos de corrupción los ciudadanos suelen dirigir sus críticas hacia los poderosos, pero ¿son solo corruptos quienes ostentan algún cargo de poder o todos lo somos de algún modo? ¿Es una forma de actuar aislada o socialmente aceptada? Sobre estas cuestiones reflexiona un texto que se ha popularizado en foros, blogs, y redes sociales las dos últimas semanas y que, curiosamente, ha traspasado fronteras cuando los usuarios han ido adaptándolo a la realidad de su país: Brasil, Guatemala, Chile, México y España.
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