25 abril 2016

Raqqa está siendo masacrada en silencio

La existencia en Raqqa se vuelve cada día más infernal. Después de dos años de dominio extremista, las condiciones de vida en la ciudad, considerada por Daesh como su capital en Siria, se están deteriorando a marchas forzadas, según denuncia una red de activistas que mantiene viva la resistencia al puño de acero con el que los yihadistas gobiernan la ciudad.
En enero de 2014, Daesh expulsó de Raqqa al resto de milicias rebeldes que poco antes habían conseguido arrebatar la ciudad a las tropas leales al presidente sirio, Bashar al Assad. Comenzó entonces un reinado del terrorque incluye crucifixiones y decapitaciones públicas, exhibición de cabezas clavadas en picas y castigos extremos como amputaciones de manos. A estas crueldades, ya cotidianas, se han acostumbrado los residentes de la ciudad como si el horror fuera parte de la rutina de cada día, cuenta el grupo denominado «Raqqa está siendo masacrada en silencio» (RBSS, por sus siglas en inglés).

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