Fernando Bielza, seminarista de Madrid, ex diplomático, achaca la crisis de vocaciones a la falta de fe. "Hay menos vocaciones donde se vive menos la fe, como en Europa. Donde decae la vida de la fe, hay menos vocaciones", subraya, lamentando la existencia de "infinidad de prejuicios que se te generan en la sociedad, donde te dicen que la vocación es como un suicidio en vida".
Va más allá: "Los cristianos tenemos complejo de serlo, y vamos pidiendo perdón por serlo. Casi diría que sufrimos una especie de 'tara' por ser espiritual o vivir con una moral distinta a la que nos venden. Y o no la vivimos, o vivimos una doble vida. Nos cuesta mucho no pedir perdón por ser cristianos"
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