Definitivamente, Francisco quiere ser el Papa de las periferias. También, el de los refugiados. Si su voz fue la primera en denunciar la "vergüenza" de los muertos en Lampedusa y de lavar los pies a una docena de refugiados el pasado Jueves Santo, ahora el Vaticano confirma que Francisco quiere llevar a cabo una visita relámpago a la isla griega de Lesbos para mostrar su apoyo a los refugiados sirios que están siendo expulsados de Europa.
El viaje se planea para el próximo 15 de abril, y ha sido acordado con la Iglesia Ortodoxa Griega. De hecho, el patriarca ecuménico Bartolomé también podría acudir, en un movimiento estudiado desde hace semanas y que busca presionar a la Unión Europea para que dé marcha atrás en el acuerdo con Turquía. Las organizaciones que trabajan sobre el terreno –entre ellas, ONG católicas como Cáritas, el Servicio Jesuita para Refugiados o Mensajeros de la Paz– han calificado de "inhumano".
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