25 abril 2016

Con tanto examen, Occidente va hacia atrás, al tercer mundo de la educación

Richard Gerver (Londres, 1969) saltó a la fama hace una década, cuando consiguió cambiar el sistema educativo de un desastroso colegio de primaria haciendo que creasen una ciudad. Ahora centra sus esfuerzos en evitar que los niños salgan mal preparados para un mundo donde no hay exámenes.
-Nuevo libro para el verano, una apretada agenda con conferencias por todo el mundo. ¿En qué está trabajando ahora?
-Me di cuenta de que podía ayudar a empresas y organizaciones que tenían que poner a sus empleados a un mejor nivel mental. La educación falla en darles esas habilidades tan cruciales.
-¿Cómo describe su filosofía?
-Mi idea central es tratar de recordar que nuestro trabajo es ayudar al desarrollo de individuos. Yo hablo mucho de la diferencia entre un sueño, que es una fantasía, y una aspiración, que es algo alcanzable. Como educadores nuestra labor es enriquecer a los estudiantes con aspiraciones. Necesitamos dejar de pensar que cada niño tiene que ser formado de la misma manera. Lo que me da miedo es que nuestros países preparen a jóvenes para mundos que ya no existen.

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