Carta nº 308 Enero 1906
“Dios le dé fortaleza”
Al afrontar la
última semana de cuaresma la M. Cándida nos invita a pedir la virtud de la
fortaleza, de la fuerza para el camino. Y al hablar de esta virtud no puedo
dejar de acercarme al librito de Carlos Díaz titulado: “Diez virtudes para
vivir con humanidad”, un tesoro.
“No se mide la vida de las personas por su
duración, sino por el uso que han hecho del tiempo que les fue dado vivir.
¿Amas la vida? En tal caso no malgastes el tiempo,…” Y para ese tiempo, para
ese uso que debemos dar a nuestra existencia, necesitamos la fortaleza. La M.
Cándida sabía de momentos donde las fuerzas parece que se acaban, seguro que
también sabía de esos momentos donde crees que no puedes más y sacas fuerzas de
donde no creías que estaban. Eso es la fortaleza hecha virtud, eso es poner por
encima de tus fuerzas las que Dios aporta y es por eso por la que la M. Cándida
pide que Dios le dé fortaleza a esa
hermana para seguir adelante.
¿Qué
aporta la fortaleza? “Sin fortaleza sólo
queda pesimismo” “Si no eres asertivo te vienes abajo, vuelves contra ti los
conflictos, sufres por sufrir, te refugias en la derrota, huyes, caes en el
conformismo. Si solos no podemos,
pidamos ayuda, quien nos quiera nos ayudará; siempre se puede, al menos
intentarlo; un problema es una oportunidad”
“Aprende a poder,
hasta donde puedas, pues a lo imposible nadie está obligado. Alguien que cree
que puede, se hace inabatible, porque la fuerza viene de la convicción. Si cada
minuto de tu vida tienes que probar que tu vida no es una derrota, tu vida en
cada minuto será una derrota. Si crees, por el contrario, que para ti nada es
imposible, para ti nada hay imposible. El sol poniente preguntó: ¿no hay quien
pueda relevarme?. Se hará lo que se pueda, contestó la lámpara de barro.”
“El modelo de
humanidad no es la evasión, sino el compromiso. Cuando debes hacer una elección
y no la haces, esto ya es una elección”
”Fortaleza: un querer para la acción”
“La actitud más inteligente es enfrentarse a
las situaciones con buen ánimo; él es al espíritu lo que la sangre al cuerpo”
“Siempre que te pregunten si puedes hacer un
trabajo, contesta que sí y ponte enseguida a aprender cómo se hace; en
realidad, trabajar es descubrir lo que tienes dentro”
Y para
terminar el recorrido de este capítulo de Carlos Díaz, de sus perlas de este
librito, acabo con una historia:
“¿Hasta dónde llegar? Una golondrina llegó
tarde a su cita otoñal, pues sus hermanas ya habían partido, no quedándole otro
remedio que volar sola. Cuando estaba agotada divisó otra golondrina que
planeaba a ras de mar en su misma dirección, lo que le dio fuerzas para
remontar el vuelo. Cada vez que se sentía desfallecer miraba a la golondrina
compañera, y de esta manera volaba con más fuerza. Llegada la noche, esta
desapareció, pero la meta ya estaba cerca: era la propia sombra proyectada
sobre el agua del mar.” Era Dios que
la iluminada y le daba las fuerzas para seguir volando, porque ella tomó la
decisión de volar.
Gracias Carlos
por esta joya.
Un paréntesis
en todo lo anterior. Hay un párrafo impresionante para leer en una homilía de
difuntos. Impresionante. Página 62 apartado 5. Titulado: Si me voy antes que
tú.
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