“Agradezco sus felicitaciones, y Dios se lo premie con el ciento por
uno y después le dé la vida eterna”
Siempre
es momento para agradecer, siempre. Y cuando Dios está por medio siempre es
mejor, porque siempre da más de lo que le pedimos.
Hoy
comparto la perla con una gripe fuerte y recuerdo los baños de la M. Cándida.
Cuando el cuerpo no está para nada es cuando tienes que decidir y hacer lo que
tienes que hacer. Y sacas de dentro lo que físicamente no puedes.
Agradezco
las palabras de ánimo de todos los amigos.
Simplemente
comparto que no estoy como los discípulos que subieron al monte y quisieron
hacer tres tiendas. Ellos querían seguir como estaban en la cima de ese monte.
Pero
lo importante es estar tal como uno está. Dios que siempre nos cuida, seguirá
cuidándonos como buen Padre.
Hoy
no puedo más.
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