Carta nº 303 Enero? 1906
“Si, hija mía, yo la quiero por hija y la perdono todo”
Esta carta es de
las pocas que no tiene fecha, pero parece que corresponde a enero de 1906. Y
además es muy cortita, pero es tan intensa como breve. Es de esas directas
donde no hace falta escribir mucho pues parece que se deben una aclaración y
con pocas palabras les basta.
Pero
descubro tres puntos importantes, como tres grandes perlas dentro de esta
perla, dentro de esta corta carta. Me recuerda una conversación entre Dani
Rovira y Jesús Calleja, cuando Dani acudió a un reto que le propuso Jesús y en
una playa, sentados tranquilamente sobre un tronco, mantuvieron una
conversación de esas que hay que escuchar de vez en cuando. Os animo a buscarla
en internet. Pues bien, en esta carta aparecen tres grandes oportunidades,
retos, acciones, pensamientos,… llamadlos como queráis, pero lo que escribió la
M. Cándida en 1906 fue esto:
Pedir perdón: Esto, curiosamente,
coincide con una de las cosas que decía Dani Rovira. Pedir perdón, sentirse en
paz con las personas con las que podamos haber tenido algún roce o mal
entendido. Y aprovecho para pedir perdón a todos los que he ofendido por algún
motivo. Y siento no haberlo hecho cuando debía, quizá me faltó la valentía para
hacerlo.
Ser fiel: Yo creo que ser fiel va muy
unido con ser agradecido y con estar enamorado. Uno puede ser fiel sólo por
agradecimiento y está bien, pero creo que cuando uno es fiel por estar
enamorado, es cuando tiene una fuerza diferente. Cuando el corazón está lleno
de amor por alguien es cuando lo demás va apareciendo en la vida y va
colocándose en el sitio que le corresponde, pero mi fidelidad es por quien ha
llenado mi corazón. Y soy fiel porque estoy enamorado.
Dar buen ejemplo: Y encima, las dos
cosas anteriores, se notan, o debemos hacer que se noten desde el ser. Dar buen
ejemplo es ser tú mismo, sin necesidad de esforzarte en dar buen ejemplo. Ser
coherente con lo que soy
a pesar de que a veces sea un desastre. Pero sin
buscar dar buen ejemplo, más bien buscar ser consecuente y testigo de lo que
creo.
Y
sabiendo que Dios nos quiere como hijos, nos cuida como Padre y nos acompaña
como hermano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario