28 diciembre 2015

PERLA ESCONDIDA EN LA CARTA Nº 297

Carta nº 297     Octubre 1905
“Ya veo lo que me dice de las clases y niñas. Sí, hay que trabajar para ver si aumentan animándolas”

            A veces buscamos la clave de muchas cosas, de muchas profesiones, de muchos momentos en nuestra vida. Pues bien, hoy, en plenas fechas de Navidad, encontramos la palabra que la M. Cándida nos ofrece: ánimo.

            ¡Qué importante es el ánimo! Y cuando queremos algo debemos cuidarlo, debemos buscar ese ánimo, o mejor dicho, debemos buscar el origen de ese ánimo, de dónde podemos tener el buen ánimo para poder seguir caminando como nos dice el evangelio de ayer, después del susto que le dio el niño Jesús a sus padres.

            Ayer celebramos la fiesta de la Sagrada Familia y hoy quiero compartir que esta fiesta debe seguir vigente todo el año que está a punto de empezar. La Sagrada Familia de Jesús nos debe llevar a la Familia con la que vivimos, y me refiero a esa “Familia” en sentido amplio, a esa Familia que supera los lazos de la sangre. Esa es la auténtica familia, la que nos hace considerar al otro como mi hermano. Y hay veces que es necesario el perdón y la misericordia para entender muchas veces a esa familia. Pero ese es el reto, aceptar a los demás como son y saber lo que tenemos que hacer nosotros. Y eso es compatible y posible.

            Iniciamos la semana en la que despedimos el año 2015 y damos la bienvenida al 2016. Es el momento donde todos pensamos en los grandes deseos para los 366 días que nos esperan a partir del viernes. Invito a dedicar unos minutos de silencio, junto al enorme bullicio de estos días,  para pensar, para serenamente ver qué es lo que deseamos para este año nuevo. Y esos deseos ponerlos en las manos de Dios para que los cuide y los haga posibles si es su voluntad. Esa clave de la voluntad de Dios es de la M. Cándida, es muy propia, porque hay veces que los deseos no se cumplen como uno quiere y no pasa nada. Los deseos no se pueden imponer sino que se deben desear y si hay alguien en quien confío para que los cuide, ese es Dios.
 
            Deseo ver a una persona que vive lejos y está cerca y que además queremos mucho, pero en las manos de Dios se verá la posibilidad. Y si no puede ser intentaré descubrir que es su voluntad y que habrá razones que se me escapan, y seguiré queriendo ver a esa persona pero a la vez seguiré confiando y seguiré aprendiendo.

            Pongamos en las manos de Dios nuestros deseos, hagamos lo que nos corresponde y confiemos en su voluntad.


¡¡¡¡¡ Feliz 2016!!!!

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