30 noviembre 2015

PERLA ESCONDIDA EN LA CARTA Nº 293

Carta nº 293     Abril 1905
“… tenga ánimo y valor y mucha confianza en la Sagrada Familia”

            Hoy cerramos noviembre. Ayer iniciamos un nuevo año litúrgico con el primer domingo de Adviento donde se nos recordaba la necesidad de estar despierto, de estar atentos. Eran palabras de esperanza sobre todo ante los acontecimientos difíciles que la vida nos ofrece cada día y en cada etapa. Porque cuando nos veamos sin aliento, cuando tengamos miedo, cuando la ansiedad sea demasiado fuerte en nuestro respirar… busquemos al Jesús que libera.

            “Cuando lleguemos a ese río cruzaremos ese puente” dijo Julio César. Primero hay que llegar al rio. Primero hay que vivir el Adviento tramo a tramo, semana a semana, y luego ya cruzaremos la fiesta de la Navidad. Pero si por el camino no celebramos nada, ¿qué vamos a celebrar al final?

            Y ese recorrido hagámoslo con ánimo, valor y confianza. Creo que no es por casualidad que la M. Cándida nos abra la puerta del Adviento con una referencia a la Sagrada Familia, esa familia que recordaremos dentro de unos días y que son el eje de esta camino, de esa fiesta.



            Yo creo que en nuestro día a día es importantísimo el ánimo, es lo que nos hace darle la vuelta a la tortilla muchas veces. Es lo que nos hace sonreír y seguir dando pasos cuando por fuera parece que es mejor pararse. Y ahí es donde entra en juego el valor, esa fuerza para decidir seguir, esa fuerza para, a pesar de todo, no encogernos ante lo externo. Quizá hay veces que tenemos que tomar un poco de aire y seguir. No importa. Ánimo y valor.

            Y cuando ya estamos decididos (con nuestro ánimo y el valor para hacerlo) nos falta saber qué tipo de gasolina tenemos en el depósito. Y es cuando descubrimos que la confianza es el mejor combustible. Habrá días que echemos gasoil y vayamos con menos gasto y más seguros e incluso lleguemos más lejos, Y habrá otras veces que echaremos gasolina e iremos más rápidos, más alegres, aunque se nos acabe antes. Da igual porque cualquiera de las dos clases salen de un mismo surtidor: Jesús y su evangelio. Y si no es así vamos listos.

            Mucho ánimo, mucho valor y mucha confianza en este Adviento que estrenamos.

            

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