02 noviembre 2015

PERLA ESCONDIDA EN LA CARTA Nº 289

Carta nº 289      Enero 1905
“…si algunas veces nos muestra su cruz, también es cierto que nos la cubre de flores, de santa paz, de amor, de fuerza y esperanza”

            Ayer celebramos el día de “todos los santos”, un día de recuerdos, de esperanza, de tradición, de recordar que nuestro Dios es un Dios de vivos, no de muertos.

            Hoy celebramos la festividad de todos los fieles difuntos. Hoy es un día excelente para hacer presente en nuestro corazón a todos los que nos adelantaron al encuentro con el Padre.

            En la celebración de estos dos días, donde las flores toman un protagonismo importante, ocurre que, a veces, ahogamos la sencilla oración. Y es que algunas veces se nos van las cosas importantes por donde no deben irse. ¿Qué pasaría si pudiéramos preguntarles? Mejor lo dejo ahí.

            Porque lo que importa de verdad es cómo fue el camino. Ese camino de cruces que comenta la M. Cándida, creo que por experiencia propia. Ese camino donde la cruz se muestra, donde la cruda realidad aparece algunas veces de forma feroz. Pues bien. Una vez más no estamos solos. Una vez más esas cruces se vuelven señales cubiertas de flores, se vuelven signos de paz, de amor, de fuerza y de esperanza. ¿Y eso es una cruz? Pues sí, una cruz con todas las de la ley a la que Dios le pone su sello.

            Hoy, que en muchos colegios se busca el sello de calidad, que a veces queda en sólo sello y en otros casos ayuda mucho a su funcionamiento. Hoy que buscamos esos sellos, la M. Cándida nos abre la puerta a otros sellos más para la persona. Cuando aparece la cruz ¿cómo la afrontamos? Aquí presentamos un plan:

-         Flores: no perdamos la alegría, la del evangelio
-         Paz: calma, a veces es cuestión de tiempo, de perspectiva
-         Amor: convertido en amar, manos arremangadas y a ataque
-         Fuerza: cuyo origen es Jesús de Nazaret, esa es la fuerza de verdad.
-         Esperanza: como certeza y riego de lo anterior.

Y es cuando descubrimos que la cruz sigue ahí, pero que la forma de afrontarlo es distinta, la forma de entenderlo es otra. Recuerdo a algunas personas que han llevado su cruz de esta forma y me sirve para saber cómo se debe llevar. Aún me queda camino, pero mientras me quede vida me quedan ganas de recorrerlo.






Y mis “gracias” especiales por sus “gracias” a la Comunidad de Hijas de Jesús de Granada.

           

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