19 octubre 2015

PERLA ESCONDIDA EN LA CARTA Nº 287

Carta nº 287     Octubre 1904
“Sea Dios bendito y Él lo remedie todo, que es quien puede, y en su providencia espero que no nos abandonará”

            ¿Cómo te sientes cuando lees por dos partes algo y de pronto te das cuenta que tienen mucho en común?

Permitidme que responda: al principio un poco sorprendido, después un poco analítico y por fin un mucho de confianza, agradecimiento y tranquilidad.

            Esto es lo que me ha ocurrido con la perla que encontré en esta carta y con el Evangelio de hoy, sobre todo con la parte final. Y me pregunto en quien tengo puesta mi confianza. Y me sigo preguntando que debo seguir pensando en no acumular, más todavía, debo dar un paso más y dejar algo de lo acumulado. Pero sin que llegue a aparecer el vacío, es decir, poniendo en el sitio que le corresponde a Dios, o como dice la M. Cándida, en la providencia de Dios.

            El dinero da alegría, pero no la felicidad.
            Dios da la felicidad y el dinero suficiente para vivir.

            Y cuando esto, que no es nada fácil, se entiende, es cuando bendecimos a Dios por lo que tenemos, es cuando aprendemos a desprendernos de lo no necesario. Y hay una razón de mucho peso para hacer esto: Dios no nos abandona. Ufffff. Escribo esto y veo lo que me falta y se me ponen los pelos de punta, pero a la vez agradezco esos momentos donde he puesto en práctica esto de lo que estamos hablando y he sentido un poco de esa felicidad. Son sensaciones distintas y por desgracia no tan frecuentes como lo que deberían ser.

            Y así sigo peleando para que mi vida vaya acercándose poco a poco a ese Evangelio que marca con listones altos el objetivo a cumplir. Lo bueno es estar en camino, lo bueno es saber que quien te mira es Padre, lo bueno es querer hacerlo y abrir los ojos, el corazón y las manos. Y así sigo día a día intentando que mis respuestas y decisiones no salten nunca a la persona. Y sigo luchando a pesar de que pueda llegar a ver a ese Dios un poco borroso ( como en la foto) , pero sé que un día lo veré claramente, un día esa sonrisa será como la luz que ilumina cada día al amanecer.

           


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