
La oración, dirigida por un grupo de maestros catequistas, permitió a todos los presentes unos minutos de silencio y recogimiento personal para escuchar esa llamada que Jesús nos hace a diario y que, en ocasiones, nos cuesta escuchar.
"¿Qué quiere Él de nosotros?"
"¿ Cuáles son nuestras ilusiones y nuestros sueños?"
"¿Qué necesitamos?"
"¿Qué le pedimos?"

Poco a poco, y en silencio, fuimos subiendo al altar y, a modo de muro, dejamos pegados nuestros sueños y anhelos. Queremos y necesitamos que Tú, Señor, nos acompañes. Tenemos necesidad de Ti. Son muchas las cosas materiales que llenan la maleta que arrastramos y que no nos dejan alcanzar la felicidad. Queremos que Tú seas nuestro compañero de viaje, porque sólo CONTIGO podemos ser hombres y mujeres libres para ser felices.
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