Todos los que participamos en la Eucaristía y después en la celebración fraterna, familia, amigos Hijas de Jesús… ,en la comida, pudimos entender que tras la mirada de Jesús y de su llamada, nos sentimos seducidos por él y con su fuerza y gracia, nos lanzamos a vivir la utopía del Reino.
GRACIAS, Señor, por la vida de Gemma, que se manifestó contenta, feliz con deseos de seguir el camino comenzado, porque has sido tú quien le has ido ayudando momento a momento a sacar de ella lo mejor, a que su persona entera siga el camino de la integración para mejor servirte a ti y a los demás.
GRACIAS también por los gestos de cariño y acogida que, durante el día pudimos observar, la Congregación, su familia y amigos, queríamos que sintiera nuestro deseo de seguirle acompañando con nuestra oración y nuestra vida.
No quisiera olvidar este día, quiero mantenerlo vivo en mi, quiero sentir lo que significa ser testigo en este momento de su vida, del final de una primera etapa de formación y desde ahí, mantener viva la esperanza de que llegue a ser una verdadera Hija de Jesús, como nos deseó siempre nuestra querida Fundadora, Santa Cándida Mª de Jesús.
¡¡DAME TU AMOR Y GRACIA, ESTO ME BASTA!!
Por Matilde Blanco, Hija de Jesús





































































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