Todas las religiones deben luchar explícita y
activamente contra la homofobia, persecuciones y agresiones contra las
personas homosexuales. Es una cuestión de vida o muerte. No es una
cuestión de doctrina sino de justicia y solidaridad. Grupos extremistas
tratan de que la Iglesia católica se radicalice y no quieren que muestre
el menor gesto de amistad con los cristianos homosexuales.
¿Son las religiones las principales fuentes de
homofobia en el mundo? Tanto creyentes como no creyentes y tanto
homosexuales como heterosexuales coincidirían en que sí. En los 70
países en los que la homosexualidad todavía es perseguida penalmente y
los 8 que la castigan con la pena de muerte, hay una religión que da el
principal soporte moral y doctrinal a tal represión. No tenemos más
que recordar horrorizados las ejecuciones de personas homosexuales
precipitadas desde torres y terrazas por los fundamentalistas de ISIS.
Pero el problema no es sólo musulmán: en los países de tradición
cristiana, los delitos de odio contra homosexuales son cometidos
principalmente por fundamentalistas cristianos y la principal fuente de
homofobia procede de núcleos cristianos. Las religiones y foros
ecuménicos tendrían que actuar decidida y explícitamente contra los
delitos de odio contra personas homosexuales en todo el planeta. Una
mirada al pasado y el presente no puede sino provocar una palabra
pública de perdón del cristianismo a las personas homosexuales por su
represión sistemática. El posicionamiento de las religiones es crucial para frenar una homofobia que sigue siendo insoportable.
Por Fernando Vidal
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