10 julio 2015

Cristianismo sin homofobia

Todas las religiones deben luchar explícita y activamente contra la homofobia, persecuciones y agresiones contra las personas homosexuales. Es una cuestión de vida o muerte. No es una cuestión de doctrina sino de justicia y solidaridad. Grupos extremistas tratan de que la Iglesia católica se radicalice y no quieren que muestre el menor gesto de amistad con los cristianos homosexuales.
¿Son las religiones las principales fuentes de homofobia en el mundo? Tanto creyentes como no creyentes y tanto homosexuales como heterosexuales coincidirían en que sí. En los 70 países en los que la homosexualidad todavía es perseguida penalmente y los 8 que la castigan con la pena de muerte, hay una religión que da el principal soporte moral y doctrinal a tal represión. No tenemos más que recordar horrorizados las ejecuciones de personas homosexuales precipitadas desde torres y terrazas por los fundamentalistas de ISIS. Pero el problema no es sólo musulmán: en los países de tradición cristiana, los delitos de odio contra homosexuales son cometidos principalmente por fundamentalistas cristianos y la principal fuente de homofobia procede de núcleos cristianos. Las religiones y foros ecuménicos tendrían que actuar decidida y explícitamente contra los delitos de odio contra personas homosexuales en todo el planeta. Una mirada al pasado y el presente no puede sino provocar una palabra pública de perdón del cristianismo a las personas homosexuales por su represión sistemática. El posicionamiento de las religiones es crucial para frenar una homofobia que sigue siendo insoportable.
Por Fernando Vidal

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