Cada vez parece más seguro que el Padrenuestro no reza “perdona
nuestras ofensas como nosotros perdonamos a los que nos han ofendido”:
¡como si nosotros fuéramos a darle a Dios lecciones de perdón! En
arameo, la misma palabra significa a la vez “culpa” y “deuda monetaria”.
Jesús vivió en un mundo agobiado por las deudas y, probablemente,
quiso decir: “perdona nuestros pecados, que también nosotros vamos a
perdonar a nuestros deudores económicos”. Así lo mantiene la traducción
catalana: “perdoneu les nostres culpes així com nosaltres perdonem els nostres deutors”.
Refuerza esa opinión otra parábola que narra Mateo: un deudor a quien
se perdona una deuda inmensa (símbolo de nuestra culpa ante Dios), es
luego incapaz de perdonar a quien le debe sólo unos pocos dineros:
sugiriendo que nuestros créditos económicos son una nonada ante lo que
nosotros debemos a Dios.
Por J.I. González Faus sj
No hay comentarios:
Publicar un comentario