14 junio 2015

Abusos a religiosas en África, una denuncia silenciada

África es el continente donde los católicos crecen con mayor rapidez y la única parte del mundo –junto con Asia– donde las vocaciones a la Vida Consagrada aumentan año tras año. Según los últimos datos del Anuario Pontificio, en África hay algo más de 70.000 religiosas, la mayor parte de ellas africanas.
Nadie duda de que en sus 54 países hay miles de sacerdotes, hermanos y religiosas de una gran calidad humana y espiritual, que se sacrifican –en ocasiones hasta alcanzar comportamientos heroicos– por el Evangelio.
Pero hay otra cara de la moneda que resulta bastante frecuente en África: la debilidad institucional de muchas congregaciones, fundadas en su día con un propósito loable, pero no siempre con una idea clara de un carisma religioso, con pocos cimientos espirituales, una estructura de formación deficiente y una administración poco transparente en la que no faltan casos de corrupción.
Y donde hay una pésima organización y un liderazgo que no se atreve a tomar decisiones, se crea un caldo de cultivo favorable a toda clase de abusos. Los obispos que heredan estructuras dañadas de Vida Religiosa fundadas por alguno de sus antecesores, capean como pueden el temporal… o terminan desentendiéndose de una realidad que les da mil quebraderos de cabeza. 
Por José Carlos Rodríguez Soto

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