“Yo también pedí por todas ustedes para que resucitaran con Jesús, y
eso es lo que deseo con todo mi corazón”
Rezar
juntos, pedir juntos es una pieza importante en nuestra fe. Rezar por otros,
pedir por otros es maravilloso, sobre todo porque tenemos la certeza de que el transmisor
es Jesús y ese canal nunca falla.
Por
eso los lunes es un día especial, donde un grupo de cuatro matrimonios mantiene
sus reuniones alrededor del Evangelio desde hace muchos años. Todos los lunes el
Evangelio hace de luz para ayudar a caminar el resto de la semana. Y el lunes
pasado nos pusimos como unos propósitos derivados del evangelio de Juan:
1.
Escuchar sin juzgar
2.
Ser paciente
3.
Mirar con buenos ojos
4.
Intentar cambiar actitudes
5.
No criticar lo que yo puedo hacer mal.
6.
Intentar no enfadarme.
7.
Escuchar a los demás.
8.
Ser positivo ante lo negativo.
9.
La amistad es un don para poner en práctica.
10.
Ser amable, sí o sí.
Al final nos
animamos y salieron más de uno por cabeza, pero es que el Espíritu soplaba
bien. Fueron deseos, como decía la M. Cándida, de todo corazón. Eran como
titulares para recordar y poner en práctica durante toda la semana.
Pidamos por
los demás confiados de que nuestra oración llega y llega de verdad. Y no sólo
llega sino que se hace presente de una forma tan especial que hasta se puede
expresar con pocas palabras y mucho corazón.
Seguimos en
Pascua, seguimos viendo flores por todos lados. Sigamos en Pascua, donde
nuestra vida sea reflejo de la de Jesús resucitado. Sigamos como testigos de la
fe que se ofrece con alegría.
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