12 mayo 2015

La MALETA

Una foto reciente me golpeó el rostro. Y el Corazón . Un niño en una maleta. Y no era precisamente un contorsionista.
Estoy en la sala de espera,  antes de poder embarcar en el avión. Ese tiempo que se hace aburrido, líquido y largo. Como los relojes de Dalí. Observo las maletas variadas que están ante mi vista.Veo que hay maletas de  pobres y maletas de ricos; hay maletas grandes para los precavidos y mochilas pequeñas y abultadas para los aventureros que sueñan a  lo grande. Veo maletas que escapan de una tormenta, y que corren deseosas por empezar una nueva vida. O maletas viejas a quien nadie escucha aunque cuenten historias dignas de ser escuchadas. Como las de nuestros emigrantes españoles de los años 60, de cartón, atadas con cuerdas. Maletas con el olor a las viandas caseras que escondían para el largo y doloroso viaje hacia una estancia larga y lejana. La que sostuvo con sus trabajos y divisas nuestro desarrollo en la dictadura reciente. De los que a pesar de haber sido viajes tan cercanos para nosotros, nos hemos olvidado tanto y tan pronto.
Por José Luis Pinilla sj

No hay comentarios: