27 mayo 2015

"Entre el deseo de cambio, porque ya hiede, y el miedo al cambio"

Demasiado pronto, sólo como primeras impresiones y antes de saber en qué clase de alianzas se van a concretar los resultados, me parece que las elecciones reflejan cierta contradicción muy humana: un deseo de cambio y un miedo al cambio. Lo primero porque la situación "ya hiede" más que el cadáver de Lázaro. Lo segundo por aquello que dije en el pronóstico anterior y que es reflejo de la sensibilidad popular: "más vale malo conocido que bueno por conocer". Hacia ese balance apuntan los casos que voy a comentar.

1.- "Sí, se puede"
Paradójicamente, donde más se refleja ese balance es allí donde no parece cumplirse: el caso de Barcelona. Nunca voté ni votaré convergente (y en eso estoy a años de luz de Lucía Caram). Pero nobleza obliga a reconocer que quizá Trías era el alcalde que menos merecía ser cambiado: por honestidad personal y porque su gestión tampoco creo que haya sido tan desastrosa.
¿Por qué entonces ha perdido y ni siquiera obtiene esa "minoría más grande" que, seguramente, impedirá gobernar al PP en la mayoría de municipios? Pues simplemente porque no tenía enfrente una promesa desconocida sino alguien que había actuado ya (francamente bien, además) y había demostrado que "sí se puede". Ada Colau podía esgrimir hechos y no sólo palabras. Y eso ha sido decisivo, incluso ante un enemigo más respetable.
Por JI González Faus sj

No hay comentarios: