Hace pocos días mi padre me enseñaba unos exámenes de física y
matemáticas de su época de estudiante, año 1969, de los cursos 6º
(actual 1º de bachillerato) y Preuniversitario (actual 2º de
bachillerato), me confirma que él salió del colegio un año antes de lo
que se hace ahora, es decir, con 17, algunos, incluso con 16.
Los exámenes son una muestra fidedigna de lo que se estudiaba por
aquella época, y me pareció sorprendente. Está claro, y además se suele
escuchar mucho hablar de ello sobre todo a profes con muchos años de
enseñanza a sus espaldas, que lo que ahora estudian los alumnos ni se
parece a lo que se hacía entonces. Que los niveles han disminuido en
cuanto a exigencia y contenidos. Correcto, aunque también habría que
tener en cuenta que todo hay que contextualizarlo. Ahora se enseñan
otras cosas, hay otros medios, que también requieren su espacio y antes
ni siquiera existían. Bien es cierto que en lo relativo a matemáticas o
física la cosa ha cambiado poco. La innovación nos permite cambiar el
chip y enseñar las cosas de otra forma, más atractiva, más útil, más
interesante cara al alumnado. Pero los contenidos son básicamente los
mismos.
Por Alan Antich
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